Algo importante que hay que saber de Jenny es que a ella NO le gusta merendar en tu casa. En realidad no le gusta comer en tu casa, no porque no le guste la comida (a ella le gusta todo) sino porque simplemente no le gusta comer en la casa de los demás. Igualmente, el asunto de la merienda existe porque las personas suelen desayunar, almorzar y cenar. Pero hay muchas otras que no meriendan. Entonces cuando Jenny va a la casa de un no-merendador, y el engendro infecto le pregunta si quiere tomar algo, ella dirá 'no, gracias'. Y cuando el no-merendador descubra que ella sí merienda, sabrá que cuando Jenny diga 'no, gracias' estará mintiendo, y tendrá que molestar a la persona en cuestión para que le prepare algo para comer y... merendar sola. Así que si no merendás y Jenny te dice que ella tampoco, no le sirvas nada de comer.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Jenny IV
Algo importante que hay que saber de Jenny es que a ella NO le gusta merendar en tu casa. En realidad no le gusta comer en tu casa, no porque no le guste la comida (a ella le gusta todo) sino porque simplemente no le gusta comer en la casa de los demás. Igualmente, el asunto de la merienda existe porque las personas suelen desayunar, almorzar y cenar. Pero hay muchas otras que no meriendan. Entonces cuando Jenny va a la casa de un no-merendador, y el engendro infecto le pregunta si quiere tomar algo, ella dirá 'no, gracias'. Y cuando el no-merendador descubra que ella sí merienda, sabrá que cuando Jenny diga 'no, gracias' estará mintiendo, y tendrá que molestar a la persona en cuestión para que le prepare algo para comer y... merendar sola. Así que si no merendás y Jenny te dice que ella tampoco, no le sirvas nada de comer.
lunes, 7 de diciembre de 2009
Jenny III
Jovencita, es jovencita. No, no... después de varias clases de psicología y luego del libro de Rolón Jenny estaba el 9o% segura de que su problema no se llamaba adolescencia. Obviamente, ese 10% nunca iba a llegar, como todos ya sabemos. También conocemos a la división interna de Jenny, y les paso a contar que una de esas mitades le dice que lo deje fluir, que ya pasará... mientras que la otra le dice 'no, mujer no llores'. Ahh.. si tan sólo hubiera un poco de cariño y esperanza en esas dos voces, decía Jenny. Alguien le acaba de decir que escuche a la que grite más fuerte, y es que ella está esperando a que alguna de las dos deje de susurrar, para pasar a decir algo con el volumen más alto. Porque a la pobre Jenny sólo le dejan indirectas... por eso ella añora tanto a que algún dios se le presentara a decirle qué hacer. Y la cereza del postre: ella sabe que aunque este ser mensajero sea la máxima autoridad universal, Jenny seguiría dudando.
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